Hipertensión arterial y ejercicio

En 1989, y después de numerosos estudios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Internacional de Hipertensión Arterial incluyeron, por primera vez, la recomendación de realizar ejercicio físico entre las medidas no farmacológicas destinadas a disminuir los valores de tensión arterial. Desde entonces, la mayoría de los estudios coinciden en su utilidad en el tratamiento y prevención de esta enfermedad.

El ejercicio ideal

Son efectivos los programas que incluyen actividades como caminar, bailar, correr, nadar y montar en bicicleta, de 30 a 60 minutos al día y al menos de tres a cinco días por semana. Bien realizados, estos ejercicios pueden llegar a reducir los valores de tensión arterial en personas hipertensas hasta situar sus valores dentro de la normalidad.

Beneficios de la práctica deportiva

  • Aun cuando la reducción de los valores de tensión arterial parezca pequeña, puede ser suficiente para traducirse en una rebaja significativa de la incidencia de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio.
  • Te sentirás progresivamente más sano y en mejor forma física.
  • Mantiene el peso corporal y previene la obesidad.
  • Ayuda a que el corazón funcione mejor: reduce el número de latidos por minuto, mejora su contracción y desarrolla nuevas arterias.
  • Evita la ansiedad, la depresión y el estrés.
  • Controla la tensión arterial, los niveles de colesterol y de glucosa.

Qué precauciones tomar

  • Antes de comenzar un programa de ejercicio físico, debes consultar con tu médico. Según tus cifras de tensión, él te recomendará medidas adicionales como restringir la ingesta de sal o tomar medicación.
  • Teniendo en cuenta que durante el ejercicio puede subir la tensión arterial, el especialista puede decidir bajar primero tus valores de tensión antes de iniciar una actividad deportiva.
  • Si levantas pesas, no hagas ejercicios puramente isométricos, como empujar contra un objeto fijo, porque pueden elevar tu tensión hasta niveles peligrosos.

 

Ensalada con corazón

Pasta con pesto de hojas de zanahoria y nueces

25 minutos / 4 personas / fácil

¿Qué necesitamos?

Para el pesto

50g de Nueces de California
1 manojo de zanahorias (se aprovechan unos 100g de hoja de zanahoria)
50g de queso parmesano
1 diente de ajo
80ml de aceite de oliva virgen extra
1 pizca de sal
Pimienta negra

Para la pasta

200g de pasta
100g de pesto
20g de hojas de rúcula
20g de hojas de albahaca
100g de fresas
12 pétalos de tomates secados al sol en conserva
100g de Nueces de California
1 cebolla roja
12 aceitunas verdes y negras
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre de Jerez
1 pizca de sal
Pimienta negra

¿Cómo se prepara?

Para el pesto

Lavar las hojas de zanahoria. Separar las hojas de las ramas y colocar en un vaso de trituradora. Añadir el diente de ajo pelado, las nueces, el queso parmesano troceado y el aceite. Triturar hasta
conseguir una textura cremosa y granulosa. Condimentar con una pizca de sal y pimienta negra recién molida.

Para la pasta

Cocer la pasta según las indicaciones del fabricante, escurrir y dejar enfriar.
Pelar la cebolla roja y cortar en rodajas finas.
Escurrir el exceso de aceite de los pétalos de tomate.
Lavar las fresas, cortar el rabillo y partir por la mitad.
Juntar en un bol grande todos los ingredientes menos el pesto de nueces. Condimentar con sal, pimienta negra recién molida y un chorrito de aceite y vinagre.
Repartir la ensalada en los platos y añadir el pesto de hojas de zanahoria y nueces por encima.

Fuente: Menús con corazón 13ª Edidción

¿Qué es un infarto?

Un infarto es la necrosis -o muerte de las células- de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente.

Comúnmente llamamos infarto al infarto agudo de miocardio (músculo cardiaco) pero le puede ocurrir a cualquier órgano.

¿Cómo se produce el infarto agudo de miocardio?

  1. Las arterias coronarias se estrechan
  2. El oxígeno no llega al miocardio
  3. El miocardio, al no recibir oxígeno, no puede producir energía para moverse
  4. Mueren las células del tejido que no reciben sangre (el tejido se necrosa)

¿Por qué se produce el infarto agudo de miocardio?

Las arterias coronarías se pueden estrechar por distintas causas. Las más comunes son un coágulo de sangre y la aterosclerosis (depósito e infiltración de grasas en las paredes de las arterias) que se va produciendo progresivamente facilitado por los factores de riesgo que señalamos a continuación.

Factores de riesgo que pueden ocasionar la obstrucción de las arterias coronarias

  • Hipertensión
  • Colesterol alto
  • Tabaco
  • Obesidad
  • Sedentarismo
  • Edad avanzada

Síntomas del infarto

En la mayoría de ocasiones no se presentan todos los síntomas, sino una combinación variable de algunos de ellos:

  • Habitualmente dolor tipo peso en la zona del esternón que no se modifica con los movimientos ni con la respiración, bastante intenso y en ocasiones se irradia hacia mandíbula, cuello y espalda, brazo izquierdo, y en algunos casos brazo derecho. Se puede asociar a sudor frío y mareo.
  • Otras veces se manifiesta con dolor en la parte alta del abdomen, dificultad para respirar, ganas de vomitar y pérdida de conocimiento.

Consecuencias de un infarto agudo de miocardio

  • Si el infarto agudo de miocardio es muy extenso, es posible sufrir de por vida insuficiencia cardiaca, a veces con congestión pulmonar.
  • Si el infarto agudo de miocardio es de pequeña extensión, se puede llevar una vida normal, eso sí, controlando los factores de riesgo para evitar un nuevo infarto.

En algunas personas pueden aparecer arritmias ventriculares o bloqueos del corazón que por lo general pueden ser controlados con el uso de dispositivos especiales: desfibrilador, marcapasos. Suelen aparecer en el ingreso hospitalario y, una vez superados, el pronóstico ya no depende de haber presentado dichas complicaciones.

En otras ocasiones, el paciente puede padecer una angina inestable que suele ser signo de muy alto riesgo de infarto agudo de miocardio o muerte súbita. La angina inestable se desencadena igual que el infarto, pero en este caso no existe una oclusión completa de la arteria coronaria por el trombo y no se ha llegado a producir muerte de células cardíacas. Se manifiesta en reposo por un dolor u opresión que empieza en el centro del pecho y puede extenderse a brazos, cuello, mandíbula y espalda. Es decir, los síntomas son iguales a los del infarto, aunque generalmente de menor duración e intensidad. Esta angina debe ser tratada como una emergencia, ya que hay un elevado riesgo de producirse un infarto, una arritmia grave o muerte súbita.